No hay una única razón para explicar que le ocurrió al comercio de la calle más comercial de Ponferrada, de ser el corazón comercial de la ciudad paso al ostracismo durante décadas. Quizás el principal factor fue que no hubo un salto generacional y los mismos comerciantes que abrieron sus negocios a mediados del siglo XX fueron los que bajaron la verja al llegar a su edad de jubilación.
Es el caso de la Mercería Filo que con una plantilla de más de veinte personas y que cesó el negocio por jubilación, también la primera tienda de aparatos electrónicos, transistores, cassettes, walkman y otros ingenios denominada Decomisos Cano o el de Kintaki, la tienda de moda de Damián Tascón en la que varias generaciones vistieron la ropa de bebé, de niño, de comunión, de adolescencia y de juventud.
Calzados Llarena o Deportes Cano Cornejo, tienda que revolucionó en su momento el mundo del calzado deportivo con la llegada de marcas como Kelme en los años ochenta, son también ejemplos de comercios de éxito que desaparecieron. También es el caso de Droguerías Bercianas, Drober enseña que fue durante décadas la perfumería de referencia en la ciudad y que no pudo soportar la llegada de grandes superficies dedicadas a la perfumería, higiene y belleza.
También la falta de interés de algunos propietarios de locales por tenerlos en activo han evitado indirectamente la unión entre la Plaza de Lazúrtegui y la avenida de La Puebla. Ropa de otras épocas en galerías comerciales de cuatro plantas espera en las estanterías de tiendas cerradas, la llegada de algún ‘Amancio Ortega’ que produzca un milagro.
Los comerciantes que quedaron en activo en la calle vieron esperanzados como la Avenida era transformada en la época en la que Ismael Álvarez fue el alcalde de la ciudad. La reforma de La Puebla, fue la primera gran obra de su legislatura, sin embargo, la incorporación de grandes aceras, nuevo mobiliario, así como árboles a lo largo de la misma, no fue suficiente para conseguir conectar a una arteria que se había quedado fuera de juego durante una veintena de años.
En los últimos años, las nuevas generaciones de comerciantes, fundaron una asociación de comerciantes que ha creado diferentes actividades para luchar por sus negocios. Feria de Abril, Navidades o San Valentín se han visto animadas en la zona por el impulso de los que se niegan a ver caer sus negocios. Con estas actividades han dado un toque de atención a la ciudad y han conseguido concentrar a público en las actividades festivas que organizaron. Pero el tejido comercial sigue siendo débil y necesita enseñas que atraigan comercio a la zona.
Hotel Alda Centro Ponferrada, el punto de inflexión
En agosto de 2017, el Hotel Madrid cierra sus puertas en la histórica calle, lo que parecía una mala noticia, pronto se convirtió en algo positivo cuando en marzo de 2018, la cadena Gallega Alda reabrió sus puertas con unas instalaciones reformadas y actualizadas que además han traído una amplia y funcional cafetería que da servicio a una zona que hasta ese momento estaba desabastecida de este tipo de negocios.
Tras ello La Clínica La Puebla 39 ocupó la antigua Mercería Filo con unas flamantes instalaciones que además han embellecido e iluminado el paseo. La llegada las pasadas navidades de la tienda Capricho a la esquina con Lazúrtegui ha servido para conectar un poco más la calle con el centro de la ciudad. También la tienda de complementos Deko Woman ha decidido trasladarse a la calle consiguiendo de esta forma animar el primer tramo de la vía. Nuevos aires que invitan al optimismo.
Son muchos los locales comerciales que esperan un inquilino, pero estos nuevos aires permiten pensar en positivo a los comerciantes de la zona, mientras tanto Julio Brindis sigue cambiando cremalleras y forrando botones en la Casa Brindis, como ha hecho desde hace 81 años.
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