Aprovechamos una visita a las cuevas de Valporquero en su 50 aniversario parar visitar este restaurante ubicado en Villamanín, famoso por la calidad de sus embutidos, la gran abundancia en sus raciones y sus precios contenidos. La experiencia superó las expectativas que habíamos puesto en el.
Ezequiel II se encuentra situado a pie de la Carretera Nacional 630 Km 99,510 en Villamanín. En nuestro caso, habíamos reservado previamente y además pedimos terraza. Un acierto, pensando en el calor y la distancia social, aunque el local dispone de salones climatizados. En el interior también hay una tienda que no para de vender embutido y otros productos de León, igual unas alubias de La Bañeza que un queso de la montaña.
El local dispone de una gran terraza delante del restaurante, pero nos ubicaron en un jardín en la parte posterior al lado de la fábrica de embutidos de la marca, bajo un sauce llorón y en dos grandes mesas que permitían distancia y comodidad. Hay que decir que eramos 23 comensales, doce niños y once adultos. Dado el desconocimiento que teníamos del funcionamiento del restaurante, optamos por dejarnos aconsejar por la camarera que nos ofreció una degustación de platos en el menú de fin de semana para todos los adultos y un menú por cada dos niños.
En unos minutos, la comida comenzó a aparecer en la mesa, los embutidos de la casa llegaron en primer lugar. Un festival de bandejas repletas de salchichón, chorizo, jamón, cecina y queso, también varias fuentes de caldo de patatas y pulpo y además abundante ensalada y menestra de verduras. De todo ello varias fuentes sobre la mesa.
Cuando uno podía pensar que ya era suficiente… el show no había más que comenzado: La mesa se ‘atiborró’ de segundos platos: Solomillo de cerdo, cordero asado, ternera… todo ello acompañado de patatas y pimientos. Impresionante.
Disfrutando de toda esa comida sobre la mesa, la pregunta era obligada ¿Queda algo más? – ¡Si, filetes! …”Eeeeh, pues casi avisa a cocina que no los saquen”. Literalmente: no podíamos comer más. El hueco para el postre se hizo, pero forzando…los postres correctos: Arroz con leche, tarta de queso, helados…
Además de todo lo descrito, el restaurante dispone de carta en la que puedes encontrar una gran variedad de entrantes, carnes, pescados, mariscos y carta extensa de vinos Riojas, Riberas, Bierzo o León.
Sin preguntar, cuando estábamos en los postres, nos acercaron envases de plástico para poder llevarnos aquello que no habíamos podido comer. Para hacerse una idea de la abundancia de las raciones, contamos doce tuppers con la comida sobrante.
¿El precio? quince euros por menú con bebidas y café incluido.
Ezequiel II no es un sitio de comida sofisticada, es comida de andar por casa, sin prejuicios, no es un restaurante elegante, es un sitio donde disfrutar de una comida en familia o entre amigos, como fue nuestro caso y del que nunca vas a irte con hambre, eso seguro. Es más, podrás comer de tus tupper el día siguiente y posiblemente a los dos días. El trato del personal muy amable en todo aquello que solicitamos.
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