La iniciativa de decoración navideña sostenible del pueblo berciano de San Esteban de Valdueza ha alcanzado proyección nacional tras ser recogida por el diario El País, que ha destacado el proyecto como un ejemplo de reutilización, participación vecinal y creatividad sin gasto público.
El reportaje, publicado hoy 23 de diciembre, pone el foco en cómo esta pequeña localidad del municipio de Ponferrada, con apenas una treintena de habitantes en invierno, ha logrado transformar más de 15.000 botellas de plástico reutilizadas en árboles de Navidad, estrellas, guirnaldas, cajas de regalo y otros adornos que decoran calles, parques y espacios comunes.
La iniciativa, impulsada por la alcaldesa pedánea Diana García y desarrollada de forma completamente altruista por el vecindario, nació en 2024 con un gran árbol navideño hecho con botellas y este año se ha ampliado notablemente gracias a la implicación de vecinos, familias y establecimientos hosteleros de la zona, que colaboraron aportando material reciclable.
Desde El País se subraya el carácter sostenible, ecológico y comunitario del proyecto, así como su coste cero para las arcas públicas. “Ni nos planteamos poner adornos convencionales”, explica García en el reportaje, destacando que el reciclaje y la reutilización se han convertido en una seña de identidad del pueblo durante las fiestas.
Además del impacto visual, el artículo resalta el valor social de la iniciativa, que ha logrado implicar a varias generaciones, desde niños hasta personas mayores, fomentando el trabajo en común, la creatividad y el sentimiento de pertenencia. Durante meses, los vecinos han trabajado en talleres improvisados, en locales comunales y en sus propias casas, preparando las piezas que hoy dan forma a una Navidad diferente.
La aparición en un medio de referencia nacional como El País sitúa a San Esteban de Valdueza como ejemplo de buenas prácticas en sostenibilidad y economía circular en el medio rural, demostrando que la falta de recursos económicos puede compensarse con implicación social, imaginación y compromiso con el entorno.
Desde el pueblo ya se plantean mantener la iniciativa en el futuro, aunque con la necesidad de tomarse un respiro creativo tras meses de intenso trabajo, sin perder de vista el objetivo principal: seguir reciclando, reutilizando y demostrando que otra forma de celebrar la Navidad es posible.
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