Ya habíamos hablado en anteriores ocasiones de La Central, el Restaurante situado en las instalaciones del Museo de la Energía y también de las exquisiteces que podemos disfrutar en este espectacular lugar que la restauración de la antigua Fábrica de Luz de la MSP nos dejó.
Sólo hacía falta la dirección de unas manos experimentadas como las de Suso ‘el del Azul’, para conseguir con una carta contenida y siempre con alguna sorpresa fuera de carta, es uno de los mejores sitios para disfrutar de una buena comida.
Cierto es que no es un sitio barato, pero también es cierto que la materia prima es de primera y la cocina convierte la experiencia en una consecución de platos únicos y con un sello especial.
Decidimos compartir los primeros por aquello de ‘poder probarlo todo’, así que nos decantamos por las croquetas caseras de cocido, con una cobertura crujiente un un sabor intenso, la menestra de tirabeques, trigueros y setas, que como dice el cocinero “ya no es una menestra, es algo nuestro” y así es, tanto los componentes como la forma de prepararla no es una menestra al uso, es un plato con sello propio y muy rico, uno de nuestros preferidos.
También el pulpo a feira en su jugo con garbanzos de pico pardal, un sabor intenso y un plato contundente, para nuestro gusto, quizá un poco salado.
Los segundos fueron un cachopo de solomillo de vaca, relleno de jamón serrano, y una combinación de dos quesos: parmesano y Arzúa Ulloa. Crujiente por fuera y tierno por dentro, y sabroso muy sabroso. Un solomillo de vaca al Oporto, patatas y pimientos asados del Bierzo. Tierno y con mucho sabor y un rape negro con chipirones y yema. Exquisito.
El festival de postres (de nuevo a compartir) fue la clásica teja con helado, una manzana asada también con helado y helado de coco con chocolate salado, nuevo en carta y un postre que encantó a los comensales.
Nuestra comida fue para tres adultos y un niño y no sólo fue suficiente, si no que, parte del solomillo y el rape se vinieron con nosotros para casa ya que era mucha comida y no dudamos en pedir el consabido “tupper”.
El servicio fue correcto contando con que el comedor estaba lleno y la atención del personal también. El precio por comensal, comida, bebida y cafés incluidos fue de 40€, un precio contenido en relección al servicio obtenido.
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