Uno de los castillos más destacados en la histórica vía de comunicación que une León con Galicia, el de Sarracín, en Vega de Valcarce, acaba de ser objeto de unos intensos trabajos de restauración, mejora y consolidación que han sido sufragados en su mayor parte por el Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la Diputación Provincial de León.
Después de una serie de actuaciones urgentes encaminadas a garantizar la seguridad del castillo, y que se llevaron a cabo en los años 2013 y 2017, este nuevo proyecto se ha presentado como un nuevo paso hacia la consolidación definitiva de la fortaleza, con la intención no sólo de preservar el propio edificio de cara al futuro sino también de ampliar de un modo muy considerable su capacidad de atracción turística.
El presidente de la Diputación Provincial de León, Eduardo Morán, ha visitado el castillo una vez concluidos estos trabajos de restauración, cuyo presupuesto fue de 175.000 euros. Morán, que ha estado acompañado del diputado de Cultura, Pablo López Presa, y de la alcaldesa de la localidad, María Luisa González Santín, entre otros, habló del cuidado y preservación del patrimonio histórico de las comarcas leonesas como una de las “vigas maestras” del actual equipo de gobierno en la institución provincial, y puso como ejemplo de ello el Programa R (Recuperar, Rehabilitar y Reactivar), un plan especial presentado el pasado mes de febrero y que movilizará seis millones de euros con objeto de salvar de la ruina edificios y yacimientos señeros de toda la provincia.
En lo que respecta al castillo de Sarracín, las actuaciones han consistido fundamentalmente en la limpieza y eliminación de las plantas enraizadas en los lienzos para, por un lado, sanear las murallas y, por otro, poder continuar con los estudios de las mamposterías y descifrar las distintas etapas constructivas del castillo, tal como ha detallado el arquitecto Fidel Ramón. Las piedras desprendidas del remate del paseo de ronda y de los parapetos se han vuelto a colocar en su lugar, restituyendo así el aspecto original de estos espacios y eliminando focos de peligro. La colocación de la mampostería de piedra se ha ejecutado con técnicas artesanales, empleando mortero de cal.
Además, se llevó a cabo la construcción de una plataforma o forjado horizontal de madera con una doble finalidad: por una parte eliminar superficies con riesgo de caída y recuperar el suelo de lo que antaño fueron las distintas estancias del edificio. Ambas finalidades proporcionan un espacio horizontal seguro que permite el acceso a los visitantes. La estructura, colocada al oeste, se realizó en madera de castaño y se cubrió con una techumbre de teja curva árabe, siguiendo las investigaciones y los datos obtenidos. Elementos arquitectónicos importantes, tales como puertas, ventanas saeteras y un buzón matafuego, se han restaurado por completo partiendo de los datos y los restos arqueológicos obtenidos en las actuaciones anteriores.
El itinerario turístico, que se llevará a cabo siempre de modo guiado, discurrirá por lo que en la antigüedad fue la propia rampa de acceso al interior del castillo, concluyendo en las citadas plataformas horizontales, empleadas a modo de miradores.
Recuperación de la muralla del castillo de Balboa
El presidente la Diputación Provincial comprobó también el alcance de la rehabilitación llevada a cabo en el castillo de Balboa, acompañado del alcalde del municipio, Juan José López, donde la muralla de esta otra notable fortaleza ha sido la gran protagonista. En este caso, el proyecto (realizado por el mismo arquitecto que el de Sarracín) consistió en la completa recuperación de la muralla envolvente, con la consolidación del paseo de ronda, del parapeto de la zona norte, y de otros elementos. Las obras, que han contado con un presupuesto de 173.500 euros, han servido también para restaurar los accesos y, sobre todo, para reconstruir por completo la torre cilíndrica, antes arruinada. Además, se ha saneado el terreno y se ha desbrozado de árboles y maleza, de modo que el castillo, ubicado en un espacio de gran belleza natural, resulta mucho más visible y tiene mayor presencia en el entorno.
De esta forma se recupera para el turismo y para la investigación histórica una fortaleza que, como la de Sarracín, formaba parte de la línea defensiva que vigilaba el paso entre los reinos de León y de Galicia, y que se encontraba en estado completamente ruinoso.
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