El Campus de Ponferrada acoge desde hoy la XVI edición de las jornadas técnicas de Biocastanea, un evento que llega en un momento crítico para el sector: la peor campaña de castañas que se recuerda en décadas. Bajo este panorama, la cita se erige como un espacio clave para buscar soluciones y impulsar la recuperación de un cultivo estratégico para El Bierzo.
“Ha sido un año muy malo a todos los niveles, pero esperemos que esto sea solo un paso atrás para impulsarnos”, afirmó Pablo Linares, secretario de la Mesa del Castaño, durante la inaugura. Subrayó que esta edición es “más importante que nunca” para un sector que, en condiciones normales, aporta el 90% de la producción provincial y el 50% de la nacional.
La jornada inaugural contó con la presencia de la vicerrectora del campus, Pilar Marqués, quien hizo un llamamiento a la colaboración entre empresas e investigadores: “Es fundamental que el sector apueste por el conocimiento de los expertos para crecer de la mano”. Además, destacó la labor del catedrático Fernando Castedo en este ámbito.

Con la región francesa de Ardeche como invitada de honor y cuarenta ponentes participantes, Biocastanea abordará dos grandes desafíos: los virulentos incendios que arrasaron cerca de 500 hectáreas en la zona de Las Médulas este verano, y la sequía atribuida al cambio climático, que amenaza la viabilidad futura del castaño.
“Estamos buscando respuestas a la climatología, ya que las pérdidas de este año se pueden achacar en un 99% a la falta de agua”, explicó Linares. Durante las jornadas, que se extenderán hasta el 14 de noviembre, se presentarán los proyectos de investigación en los que está involucrado el sector berciano, con el objetivo de encontrar variedades más resistentes y mejorar las prácticas de cultivo.
Organizadas por la Mesa del Castaño del Bierzo con el apoyo de la Universidad de León, la Junta de Castilla y León, el Consejo Comarcal y varios ayuntamientos, estas jornadas reafirman su papel como referente nacional e internacional en un sector que se enfrenta a retos profundos, pero que no pierde la esperanza de reverdecer.



