Mañana viernes 27 a partir de las ocho de la mañana dará comienzo la vendimia en El Bierzo, y como suele ser habitual, es Prada a Toque quien da el banderazo de salida con los vinos que servirán para elaborar el Xamprada.
Los vinos espumosos elaborados siguiendo el método champanoise, como es el Xamprada, precisan que la vendimia se haga con la uva cuando todavía no han alcanzado mucho grado, ya que más adelante tendrán que pasar por la segunda fermentación en botella.
Por esto las uvas de chardonnay y godello que maduran en la viña del Palacio de Canedo, perfectamente orientadas hacia el mediodía, son las primeras en cortarse. Después irán el godello para los blancos y finalmente se incorporarán las mencías de los diferentes parajes según vaya el proceso de maduración.
Como las uvas del Xamprada exigen el máximo cuidado y frescor en la recogida, la vendimia se hará de 8 a 13 horas, a mano y siguiendo las medidas sanitarias en tiempos de pandemia. Además, gran parte de la cuadrilla de vendimia de este año serán jóvenes estudiantes de la zona.
José Manuel Ferreira, enólogo de Prada a Tope señala que la cosecha será ligeramente menor a la del año pasado, siendo la variedad godello, siempre tan delicada, la que sufra una merma en sus parcelas de un 10% aproximadamente. Es la variedad más irregular en cosecha, ya que la Mencía suele ser mucho más estable.
Las razones están en que la brotación este año ya fue menor, ya que las plagas no han producido mermas en las viñas del Palacio de Canedo.
“Los racimos están bien repartidos y eso facilitará la maduración con la máxima calidad”, dice. También señala que la amplitud térmica entre el día y la noche en estas últimas semanas están siendo verdaderamente extremos “con hasta veinte grados de diferencia en la temperatura en 24 horas”, y que eso es fantástico para fijar aromas.
La cosecha al final se ha retrasado tres días respecto a 2020. El adelanto que se apuntaba en marzo se paró en mayo. “El refrán no ha fallado, y eso de que cuando marzo mayea, mayo marcea, se ha cumplido, porque aquellas altas temperaturas y calor de marzo se compensaron con el agua y la inestabilidad de mayo”, comenta.
En definitiva, muy buenas perspectivas de calidad de la uva de 2021, si bien queda por delante mucha vendimia en la que la climatología tiene todavía mucho que decir, especialmente si aparecen las lluvias con demasiada persistencia.
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