Ponferrada ya forma parte de ‘Stolpersteine’, el mayor monumento del mundo en recuerdo de las víctimas del holocausto nazi, obra del artista alemán Gunter Demnig, hijo de un alto mando nazi que decidió crear placas en Alemania en honor de los represaliados.
En un acto sencillo y emotivo, familiares de los represaliados arroparon a los alumnos del Instituto Gil y carrasco que fueron colocando las placas de latón en el espacio que las va a albergar, integrado en el suelo de la plaza. Con este acto pretenden devolver la dignidad a estas personas que en su momento pensaron diferente y por ello fueron castigados.
Antonio Abella, natural de Paradaseca, militante del Sindicato Único de Campesinos y Trabajadores, afecto a la CNT. Tras huir de las tropas militares procedentes de Galicia, que asesinaron a su padre en 1937, logró salir de Asturias por mar, pasando a Cataluña y posteriormente a Francia. Llegó al campo de concentración de Mauthausen el 3 de abril de 1941 y fue registrado como prisionero número 3.786. Falleció en el campo de exterminio de Gusen el 5 de diciembre de 1941.
Manuel Crespo, natural de Villafeile, llegó al campo de concentración de Mauthausen en marzo de 1941 y recibió el número de prisionero 3.313. Cinco meses mas tarde fue gaseado en el camión fantasma que transportaba a un grupo de deportados a Dachau.
Ceferino García, natural de Tejedo de Ancares fue trasladado en abril de 1941 a Mauthausen, donde lo clasificaron con el número 3.997. Fue exterminado en Gusen el 10 de febrero de 1942.
Natural de Palacios del Sil, Elpidio González formó parte del conocido como ‘Convoy de los 927’, una de las primeras deportaciones que se produjeron desde Francia hacia campos de concentración en territorio controlado por la Alemania nazi. Fue el primero de los bercianos en fallecer en un campo de concentración nazi, el de Gusen, el 24 de septiembre de 1941.
En enero de 1942, también en Gusen, falleció José Pérez, natural de Balouta (Candín), que había ingresado en Mauthausen un año antes con el número de prisionero 3.301. Un destino similar sufrieron Eduardo Samprón, natural de Villasinde y fallecido en octubre de 1941
Rafael Rivera, natural de Lomba y asesinado en diciembre de ese mismo año.
José Antonio Calvete, natural de Albares de la Ribera, ingresó en enero de 1941 en el campo de concentración de Buchenwald, con el número de preso 39.758, y paso más de tres años recluido en esas instalaciones, donde falleció en mayo de 1944.
Agustín Ovalle, el único de los bercianos que encontró la muerte en el campo de concentración de Mauthausen, natural de San Juan de la Mata, que fue clasificado con el número 3.240. Su viuda y su hija, residentes en Barcelona, cobraron durante varios años una pensión compensatoria del Estado alemán.
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