Aquella ciudad bulliciosa que en los noventa y los dos mil rebosaba vida nocturna, en la que encontrar un Taxi libre era misión casi-imposible, se viste ahora de oscuridad y de silencio, sólo interrumpido por el ruido de los coches de trabajadores camino de las empresas que trabajan las 24 horas y por las luces de los coches policiales que patrullan por las calles de la ciudad, así desde las 10 de la noche hasta el amanecer, día tras día, igual un lunes que un sábado.
La actual situación de toque de queda impuesta por las autoridades, no permite otra cosa, al igual que en el resto del país, mientras esto ocurre, los hosteleros que regentan bares con horario nocturno, esperan. No pueden hacer otra cosa, para ellos no hay un ‘plan B’.
“Ya estamos tirando del colchón, que cada día se parece más a un cojín”
Óscar Morticia
Desde el viernes 13 de marzo de 2020, día en el que España entró en el primer confinamiento, gran parte de los locales nocturnos no han vuelto a abrir sus puertas, en junio del pasado año, cuando se flexibilizaron las medidas, algunos negocios optaron por abrir, ante la desesperación de no poder hacer frente a sus gastos. Una decisión que a pesar del optimismo, salió cara, no era el momento, los horarios eran demasiado restringidos. sólo se podía recibir a un tercio del aforo y la espada de Damocles, pendía directamente sobre sus cabezas como los grandes culpables de esta pandemia.
Fernando López, copropietario de varios locales en Ponferrada es tajante: “Nos han dejado a un lado, olvidados, si yo tuviese la certeza de que cerrando mis negocios desaparecería el virus, no dudaría ni un momento en cerrarlos, pero esta situación es insostenible“. Fernando, como otros muchos, ha tenido que poner a su plantilla en ERTE, solicitar un ICO para mantener los gastos y esperar, lo único que puede hacer.
“Los dueños de los locales han sido muy generosos con nosotros, entienden la situación actual y están con nosotros, sin cobrar un duro, eso ayuda, pero la situación se complica a medida que pasa el tiempo“, “Ya le dije al banco, que más no podía hacer, que si quería la cazadora que llevaba, ahí se la dejaba“. Sostiene López.
El lunes 8 de marzo, casi un año después del confinamiento, las restricciones excepcionales impuestas por la Junta de Castilla y León se suavizarán y se volverá a permitir, previsiblemente, un tercio del aforo en el interior del local. Esta medida aliviará a aquellos que lo puedan combinar con una terraza, siempre que el tiempo acompañe, pero no sirve para los pubs o discotecas. No les salen las cuentas, no abrirán, tampoco las salas de conciertos, otros de los grandes olvidados.
“Es triste”, la frase con la que una y otra vez Óscar ‘Morticia’ bromea, se ha convertido en una proclama para estos tiempos.. “El Morticia lo abrimos a finales de junio cuando se permitió abrir con el 75% del aforo, pero los horarios eran los habituales, estuvimos abiertos hasta principios de agosto, cuando se acortó a la una y media de la madrugada, a partir de aquí, no pudimos mantenernos, venían los amigos, pero no era viable”. Comenta el conocido hostelero.
“Estamos creando figuras de modelismo en casa, como medio de vida y gastando al mínimo, pero ya estamos tirando del colchón, que se parece más a un cojín”, bromea Óscar. “No creemos que la noche sea la culpable, o por lo menos no más culpable que el Corte Inglés, donde también hay aglomeraciones en horas punta” insiste. “¿La propuesta de abrir durante el día, no tiene sentido. ¿Competimos con nuestro vecino vendiendo cañas? ¿Vender comida? Habría que montar cocinas, invertir….”.
¿Y la música en directo? ¿’Pa’ cuándo?
Jorge Mateo, propietario de la Sala de conciertos más veterana de la zona (32 años ) se muestra escéptico con la posibilidad de poder encender amplificadores en el escenario, tal y como están ahora no creen que sea factible abrir el lunes cion un tercio del aforo y limitación de horario.
La Sala Tararí por la que han pasado grandes figuras mundiales del jazz, también reputados músicos como Antonio Vega, M-Clan el mismísimo ‘Dee Dee Ramone’ y muchos otros artistas en los más de 2800 conciertos que han programado desde su apertura, busca una manera de volver a abrir “Aunque no ganemos dinero”, Para ello han solicitado al Ayuntamiento de Ponferrada una duplicidad de licencia que les permitan funcionar como café-concierto, una figura que les permitiría abrir con aforo limitado, mesas reservadas etc. “ No va a dar para ganar dinero, pero estar abiertos ya sería un éxito, tenemos que evitar que el público se olvide de que estamos aquí” Comenta el propietario.
Jorge es además directivo en la Asociación de Salas de conciertos ‘Castilla y León en vivo’, no entiende como todo va a distintas velocidades. ” En Valladolid, la Sala Porta Caeli ya está programando conciertos, en Salamanca también, en Zamora no…”, “Sólo nos queda pensar en que lleguen ayudas, las de la Junta las vemos lejanas, quizá a través del Ministerio de Cultura podamos recibir un apoyo“.
El 7 de marzo de 2020, el Tararí celebró su último concierto, los cordobeses Embusteros, cerraron sin desearlo el ciclo de conciertos, hace exactamente un año.
El 17 de septiembre técnicos, músicos y todos los sectores relacionados con la música en directo, gritaron al unísono en todo el país para reivindicar ayudas. Hasta el momento: cero euros.
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