La Sala de Exposiciones del Campus de Ponferrada ha acogido esta mañana la inauguración de la muestra del artista ponferradino, Manuel Uría, titulada ‘Viento en Pop’, en un acto que ha contado con la presencia de la Vicerrectora del Campus de Ponferrada, Pilar Marqués, el director de Actividades Culturales, César Ordoñez, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ponferrada, Concepción de Vega, la presidenta del Instituto de Estudios Bercianos, Patricia Pérez, y Juanma Salví, del Instituto de Estudios Bercianos.
La muestra, que se podrá visitar libremente de lunes a viernes hasta el 16 de diciembre, de 10 a 19 horas, se compone de un diseño de escenografías y alguna que otra actividad escénica, realizada en el período de la pandemia. Es importante destacar que se trata de la primera vez que Uría expone sus obras más personales.
En la presentación, el artista ha comentado que no quería “poner palabras a esta exposición”, y que lo mejor es “acudir a verla”. Por su parte, Pilar Marqués agradeció al Ayuntamiento de Ponferrada y al Instituto de Estudios Bercianos “impulsar, apoyar y coordinar la exposición”, e invitó “a toda la sociedad berciana a que vengan al Campus de Ponferrada a verla, porque no deja indiferente a nadie”.
El texto del folleto que anuncia la muestra explica que Manuel Uría decidió en 2018 “trabajar en soledad y sin las demandas de cualquier producción comercial”. La fotografía y el diseño digital le fueron aproximando a un lenguaje “que hoy se expresa en cualquier formato”, y añade las siguientes frases:
“Alumno aventajado del coyote, -apunta Uría-, perfilo señales con trampa para un correcaminos dopado hasta las cejas. Vecino del acantilado, de madrugada investigo las rutas del canalla, y al atardecer construyo artilugios que se derrumban sin permiso y explotan cuando no toca”.
Y con los restos decido una obra promiscua y desarraigada, con la sencillez formal como propósito imposible, el absurdo como principio activo y el humor como excipiente. Una obra que busca una obra, que abraza cualquier estilo siempre de canto y ensaya en escenarios con trastos solitarios, con actores solitarios y espantapájaros en huelga”.
Una obra que habla sin perímetro ni estrado, descreída, reversible. Sin pases de pecho. Sin constitución. El argumento es la excusa que consiente ante la belleza; ante un milímetro de esta siquiera. Y con los restos de los restos remato con fondos claros y despejados, y recibo la noche con la certeza del desconcierto. Me rindo dos veces y tejo otra bandera a cuadros con el mantel. El viejo telón transparente se cierra para disimular y algunas luciérnagas iluminan los márgenes”.
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