Ponferrada vivió la tarde del sábado una de sus tradiciones más emotivas con la celebración del Viacrucis del Cristo de Otero. Decenas de vecinos acompañaron la cruz en su ascenso hasta la cima del monte Pajariel, en un recorrido que combina espiritualidad, esfuerzo y admiración por el paisaje berciano.
La comitiva partió a las cinco de la tarde desde la iglesia románica de Nuestra Señora de Vizbayo, uno de los templos más emblemáticos del municipio. Bajo un intenso sol, los participantes avanzaron en un ambiente de recogimiento, cargando la cruz y rezando las estaciones del Viacrucis. El rector de la Basílica de la Encina, Antolín de Cela, acompañó de cerca la procesión, guiando las oraciones de los fieles.
El ascenso al Pajariel no solo es un acto de fe, sino también una experiencia que permite disfrutar de las impresionantes vistas de Ponferrada y su entorno natural. Este año, como en ediciones anteriores, el evento demostró la profunda vinculación entre la comunidad y sus tradiciones religiosas.
Al llegar a la cima, los asistentes compartieron un momento de oración y reflexión, culminando una jornada que refuerza el espíritu comunitario y la identidad cultural del Bierzo.









