Si la semana pasada fue avistada una piara de jabalíes en la mediana de la avenida del Castillo, ayer un zorro decidió darse una ducha en el lavado de coches de la Estación de servicio La Peregrina. Los clientes, muchos de ellos cazadores , bromeaban sobre el precio que había que poner al rececho para llevarse el próximo trofeo.
Desde la pandemia, los animales se han confiado en acercarse a los núcleos urbanos al haber menos personas en la calle y esto hace que osos, jabalíes, corzos o zorros se acerquen a las poblaciones en busca de comida.
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