Cada vez con mayor frecuencia, un curioso visitante se acerca con total tranquilidad a una vivienda del casco urbano de una localidad del Alto Sil, ya en el Bierzo. Los propietarios prefieren no desvelar la ubicación, pero las imágenes hablan por sí solas: un oso pardo que ha hecho del jardín su pequeño refugio nocturno.
Como se puede ver en el vídeo, el oso pardo, sigue el mismo ritual, el animal atraviesa el patio, entra en la huerta y se deleita con las frutas maduras de los árboles. Después, se le ve rascándose contra un tronco, explorando el terreno y, finalmente, tumbándose en el césped como si estuviera en casa.
Una escena tan sorprendente como entrañable, que más allá del peligro que puede generar un animal salvaje, muestra cómo la fauna salvaje cada vez se acerca con mayor confianza al ser humano, en muchas ocasiones generando destrozos.
Aquí el vídeo del visitante:



