El Bierzo, una comarca cargada de historia, ha vuelto a ser noticia tras el descubrimiento fortuito de dos sarcófagos medievales en las localidades de Santalla (Priaranza del Bierzo) y El Carril (Carucedo). Este hallazgo, que ha captado la atención del Telediario de La 1, no solo ha sorprendido a los vecinos de la zona, sino también a los arqueólogos, quienes han confirmado que estas piezas podrían pertenecer a una necrópolis medieval y a habitantes de clase alta de la época.
Todo comenzó cuando un vecino de Santalla, tras comprar una casa, encontró en la cuadra de su propiedad un sarcófago que los antiguos dueños utilizaban como pila para alimentar a los cerdos. Poco después, otro vecino, al enterarse del descubrimiento, reconoció que en su cuadra en El Carril tenía un objeto similar, que en su caso había sido usado como abrevadero para el ganado. Ambos decidieron donar estas piezas al Museo del Bierzo, donde ya se exhiben desde hace unas semanas.
Teófilo, propietario del sarcófago de El Carril, relató en el Telediario de La 1 cómo se dio cuenta de la importancia del objeto: “Al ver el de Santalla dijimos, ¡leñe!, si tenemos nosotros uno igual aquí y decidimos entregarlo al Museo del Bierzo”. Por su parte, Julián, dueño del primer sarcófago descubierto, explicó que lo usaban para la comida de los cerdos, pero que al montar un taller en la cuadra, tuvieron que retirarlo. “De milagro se ha conservado hasta el día de hoy”, afirmó.
Los arqueólogos, como Jimena Martínez de la Fundación Las Médulas, han destacado la importancia de estos hallazgos. Aunque se trate de descubrimientos fortuitos, “deben ser entregados porque forman parte del patrimonio de todas las personas, forman parte de nuestra historia”, señaló Martínez en su intervención en TVE. Además, se ha puesto de manifiesto que estos sarcófagos podrían pertenecer a una necrópolis medieval ubicada entre Santalla y Carucedo, y que sus dueños originales serían personas de clase alta de la época.
Lo curioso es que las familias propietarias de ambos sarcófagos son vecinas en Ponferrada, y aunque los objetos se encontraban en localidades distintas, ahora descansan juntos en una de las salas del Museo del Bierzo, donde forman parte de la historia de la comarca.