“La vida es sueño” es verso, es ritmo, es expresión existencial, denuncia frente al poder cruel, reflexión vital. Todo ello podemos encontrarlo aquí y ahora en lenguajes estéticos y musicales de cultura urbana. La Polonia que aparece en la obra es un mundo opresivo, cerrado, claustrofóbico al que vemos un paralelismo en determinados ámbitos contemporáneos urbanos, con sus propias leyes internas, donde la violencia se expresa en reglas de poder estrictas.
Los siete actores del Teatro del Temple, que están permanentemente en escena, van a crear ese mundo casi penitenciario, donde la pertenencia o no al grupo marca la posibilidad misma de la existencia. Se cuenta para ello con un músico en escena que crea un sugerente ambiente sonoro lleno de ritmos y sonidos evocadores y con una estética en la escenografía, el vestuario y la luz que busca los claroscuros, las capuchas que cubren o descubren, los objetos multifuncionales que, junto con los actores, construyen cárceles o palacios, masas en movimiento o angustiosos espacios vacíos.
Coproducida por el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, esta versión del clásico de Calderón de la Barca ha sido representada en algunos de los mejores festivales de teatro clásico del país y en el Festival Don Quijote de París, obteniendo excelentes críticas.
“Un espectáculo de gran potencia, de riesgo y madurez teatral”, ha dicho Joaquín Melguizo. En ABC, Juan Ignacio García Garzón la definió como “una estética bárbara para una obra que transcurre en tiempos bárbaros” y Joaquín Sancho señaló que “poco puedo decir de la interpretación del texto que fue sublime, perfecta, rítmica, totalmente entendible, cosa que no siempre sucede y que, de principio a fin, mantuvo al público enganchado”.
Interpretada por José Luis Esteban, Yesus Bazaan, Félix Martín, Minerva Arbués, Francisco Fraguas,
Encarni Corrales, Alfonso Palomares, la dramaturgia es de Alfonso Plou y la dirección de Carlos Martín.
Jueves, 28 noviembre. 20,30 horas Teatro Bergidum de Ponferrada
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