El Campus de Ponferrada de la Universidad de León (ULE) se ha erigido durante dos días en el epicentro de la defensa de los campus singulares en España. La celebración de las I Jornadas Nacionales de Campus Periféricos ha reunido a una veintena de representantes de universidades de todo el país, con el objetivo fundamental de sentar las bases para la creación de una alianza nacional que fortalezca su papel, comparta estrategias y afronte de manera unificada los desafíos comunes.
Bajo el lema de la colaboración, representantes de campus de Lugo, Ávila, Segovia, Algeciras, Guadalajara, Ceuta, Melilla, Gandía o Teruel, entre otros, han debatido y compartido experiencias para elaborar una hoja de ruta que visibilice el papel, la contribución y el futuro de estos centros dentro del sistema universitario español.
Retos compartidos y fortalezas únicas
Durante la primera jornada, se identificaron las dificultades comunes que lastran el desarrollo de estos campus. La falta de infraestructuras adecuadas, un transporte deficitario y la dificultad para asentar y fijar personal investigador y docente fueron algunos de los puntos recurrentes. Asimismo, los participantes coincidieron en la necesidad de tener una mayor presencia en los órganos de gobernanza de las universidades para que sus voces sean escuchadas.
Frente a estos desafíos, también se pusieron en valor sus fortalezas distintivas: una alta especialización en áreas de conocimiento concretas y una estrecha e insustituible conexión con el territorio. Esta vinculación se traduce en un impacto económico y social crucial, actuando como motores de desarrollo y fuentes de oportunidades en sus comarcas.

La apuesta firme por el Campus de Ponferrada
La rectora de la ULE, Nuria González, fue la encargada de inaugurar unas jornadas que, destacó, ponen de relieve la importancia de los campus periféricos como “espacios de innovación, formación y vínculo con el territorio”. En su intervención, reafirmó el compromiso inequívoco de la institución con el Campus de Ponferrada, que “a punto de cumplir 30 años se ha consolidado como un referente en formación sanitaria y tecnológica, integrando excelencia académica, investigación y compromiso con la sociedad y el territorio”.
González recordó que a lo largo de su trayectoria, el campus berciano ha formado a más de 20.000 estudiantes, siendo un “ejemplo de cómo un campus periférico puede ser motor de desarrollo territorial y fuente de oportunidades, de arraigo, de cohesión y de dinamismo social y económico”.
En este sentido, la rectora lanzó un mensaje contundente sobre la filosofía que debe guiar el apoyo a estos campus: “Hemos aprendido que una universidad no puede medirse ni por ratios ni por costes. Un campus periférico requiere más recursos y atención, pero, a cambio, genera oportunidades, fija población y constituye un pilar esencial del servicio público que caracteriza a nuestra Universidad”.
La directora de Universidades e Investigación de la Junta de Castilla y León, Blanca Ares, que acompañó a la rectora en la inauguración, subrayó que la comunidad autónoma es un “ejemplo paradigmático de universidad-territorio”, con presencia universitaria en todas las provincias, así como en Ponferrada, Béjar y Miranda. Ares recalcó el “poder transformador” que la educación superior tiene en el desarrollo económico y social de las comarcas.


