Después del agónico final de la temporada pasada en el que la Deportiva evitó in-extremis lo que hubiera sido un trágico descenso por el desenlace de los partidos post-confinamiento, la imagen mostrada por el equipo durante el arranque de la presente campaña invita al optimismo. Con el registro de doce puntos tras ocho encuentros -la mitad del total posible-, y un balance positivo de goles a favor/en contra, los muchachos de Bolo han logrado espantar los fantasmas que incluso hicieron acto de presencia en la primera jornada contra el Castellón y están exhibiendo un juego caracterizado por la personalidad y la valentía. Los movimientos producidos durante el mercado estival están dando sus frutos.
La Ponferradina cuenta con una plantilla más profunda que anteriormente, con un mayor número de jugadores preparados para ofrecer un buen rendimiento en el césped. Atrás quedan los Fabián Noguera, Omar Ramos, Maxi Villa o Asier Benito, cuyos rendimientos fueron más que cuestionables.
Tener la garantía de que prácticamente cualquier futbolista que salga al campo va a desarrollar un buen papel es un punto a favor capital, y más aún en estos tiempos tan especiales con tantos partidos comprimidos en pocos días. Analizando línea por línea, la portería vuelve a tener un guardián de nivel.
El regreso de José Antonio Caro significa gozar de una mayor tranquilidad de la que transmitía René Román. Un arquero valiente ágil, con notables reflejos y un potente golpeo de balón, cuya productividad ya fue demostrada durante meses en El Toralín, está llamado a convertirse nuevamente en una pieza clave de la Deportiva. La defensa es, a mi juicio, la única posición en la que considero que falta un efectivo, especialmente por las marchas de Yac Diori, Manu Hernando y Alexandru Pascanu durante las citas internacionales.
No obstante, la versatilidad y el rendimiento de la zaga también está siendo superior al de la temporada pasada. La vuelta de Franco Russo al Mallorca, su club propietario, se antojaba complicada de suplir, pero Hernando y Pascanu han demostrado complementarse a la perfección en los partidos en los que han coincidido, mientras que en los restantes, José Amo muestra una clara línea ascendente de progresión tras no poder disfrutar ni un sólo minuto de pretemporada por problemas físicos. Por otro lado, en las bandas, Paris Adot se ha erigido como un auténtico guerrero muy difícil de superar, mientras que Iván Rodríguez confirma las pinceladas de buen jugador que mostró meses atrás, desenvolviéndose con nota incluso en la banda izquierda cuando ha sido obligado a hacerlo por circunstancias adversas.
En la sala de máquinas, Bolo está encontrando en Erik Morán un reemplazo del inamovible doble pivote Sielva-Larrea que no halló en la temporada previa en Francesc Fullana. Pero es especialmente en las posiciones de extremos donde más recursos existen, más aún tras la llegada a Ponferrada de Gaspar Panadero en el último día de mercado. El zurdo cedido por el Cádiz forma junto a Doncel, Curro, Moussa, Juergen y Pablo Valcarce un abanico de perfiles muy diversos para el técnico vasco. Para acabar, en ataque todavía debe sumarse Dani Romera a la dinámica del equipo, pero su experiencia y conocimiento absoluto de la categoría juegan a su favor.
En cuestiones colectivas, estamos viendo a una Deportiva sólida, pero valiente. Ordenada, pero atrevida. Que no le tiembla el pulso en un estadio como Cornellá y le juega un partido complicado a todo un Espanyol con su plantilla de Primera División, donde, a pesar de la derrota, incluso se disparó más veces que los pericos.
En resumen, la Ponferradina 2021/2022 mantiene la robustez que le ha caracterizado desde la llegada de Jon Pérez Bolo, pero además, ha añadido un punto más de calidad y frescura que tan claves son en esta categoría. Hay equipo para competir.
Javier Fernández @Javifdez_1 es componente de Unión Deportivista, les puedes seguir en la cuenta de Twitter @U_Deportivista
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