Roberto Iniesta Ojea, conocido artísticamente como Robe, fundador y alma de la banda de rock Extremoduro, ha fallecido este miércoles a los 63 años de edad. La noticia fue confirmada por su familia y equipo en un comunicado cargado de emoción, que describen como la “nota más triste” de sus vidas.
En el mensaje de despedida, lo honraron como “el último gran filósofo, humanista y literato contemporáneo de habla hispana”, un testimonio de la profunda huella que dejó no solo en la música, sino en la cultura española contemporánea.
Ponferrada y el Bierzo se quedaron sin disfrutar de su última gira en la que el de Plasencia había incluido Ponferrada, la fecha programada era el 8 de junio de 2024 y se tuvo que suspender por las lluvias.
Un poeta del rock transgresivo
Nacido en Plasencia (Cáceres) el 16 de mayo de 1962, Robe forjó desde joven una identidad artística única, alimentada por su pasión por la música y la poesía. Esas influencias cristalizaron en un estilo de rock transgresivo, potente y visceral, que se convirtió en su sello distintivo. Sus letras, intensas y cargadas de emoción, tejían la rebeldía con la cotidianidad, lo existencial con lo terrenal.
En 1987 fundó Extremoduro, banda que se convertiría en un pilar fundamental del rock español. A lo largo de su carrera, publicaron discos emblemáticos que marcaron a generaciones, como Rock transgresivo (1989), Deltoya (1992), Pedrá (1995), Agila (1999) o Yo, minoría absoluta (2002). Su música, siempre al margen de modas efímeras, construyó un universo propio donde la crudeza y la poesía se daban la mano.
Legado de un letrista único
Robe fue celebrado como uno de los letristas más influyentes e originales del panorama español. Su capacidad para transformar experiencias personales, conflictos íntimos y reflexiones sociales en una poesía directa y conmovedora resonó con una audiencia fiel que veía en sus canciones un espejo y un refugio.
Más allá de Extremoduro, su carrera en solitario y su colaboración con otros artistas consolidaron su estatus de voz indispensable. Su arte desafiaba convenciones y hablaba sin tapujos del amor, el desengaño, la muerte, la libertad y la sociedad, siempre con una honestidad descarnada que se ganó el respeto incluso más allá del ámbito musical.
Reacciones y duelo en el mundo cultural
La noticia de su fallecimiento ha provocado una oleada de condolencias y homenajes en redes sociales y medios de comunicación. Colegas músicos, escritores, periodistas y miles de fans han expresado su dolor y han destacado la irrepetible contribución de Robe a la cultura.
El vacío que deja es inmenso. Roberto Iniesta Ojea, Robe, no era solo un músico; era un cronista de su tiempo, un poeta que electrizó sus versos con distorsión y sentimiento puro. Su voz enmudece, pero su legado, esa poderosa fusión de rock y literatura, seguirá gritando en la memoria colectiva.
