Morticia, 25 años de elegancia

Cuando las instituciones hacen sus encuestas y estadísticas acerca de las visitas de turistas a El Bierzo, siempre aparecen aquellos monumentos que a todos se nos vienen a la memoria: Las Médulas, El Castillo de Ponferrada, El palacio de Canedo, Museo de la Energía… pero, si preguntáramos dónde llevarías a tomar una copa a un turista, estamos seguros de que el Morticia aparecería como lugar recurrente, si no, ocupando el primer puesto en ese particular ranking.

Quedamos con Óscar y Ana en su casa de Cabañas Raras, una vivienda de color morado en la cima de una colina con vistas a Ponferrada y rodeada de un tupido seto con una señal que indica que la valla metálica está conectada a un pastor eléctrico… Cuando esperas que ‘Lurch’ te abra la puerta, es cuando en su lugar aparece Óscar con su incondicional sonrisa y como siempre vestido en color negro, chándal, si, pero negro. Dentro, nos recibe Ana, la parte más asentada de esta original pareja.

El Morticia, lugar de buenas gentes, cumple el 6 de febrero 25 años. Antes de estar en la Calle matilde Conesa, se ubicó en el barrio del Temple, por aquellos tiempos era la zona de moda, aunque, como apostilla Anina: – “Nunca fuimos un local de moda, eso nos ha permitido estar siempre ahí, con sus menos y sus más, pero siempre en nuestro sitio”.

“En el 92 nos casamos, yo estaba trabajando en un bar que se llamaba por aquel entonces ‘Vaivén’ (hoy Odeón) y ya en el 94, nos metimos en el berenjenal de dirigir nuestro propio bar, el primer local que tuvimos se llamaba ‘Metrópoli’ ya que, por motivos burocráticos, no se podía cambiar el nombre a ‘Morticia’,”. Cuenta Ana.

-“Estuvimos ahí hasta el 99, aunque ya con los colores y la identidad de Morticia, después cogimos el local justo al lado y este ya se llamó Morticia, ahí estuvimos desde 1999 hasta el 2009 y por fin abrimos el actual en La Rosaleda”, Dice Óscar – “En este ya pudimos poner mucha más decoración, en el antiguo, queríamos hacer cosas, pero claro, no entraban” .

Instalarse en la Rosaleda, fue valiente en su momento. – “Cuando llegamos había tan sólo dos bares en todo el barrio, recuerdo que íbamos a trabajar en la reforma del local y hasta nos parecía que no estábamos en Ponferrada.

“Agosto para nosotros, es el mejor mes del año, hay mucho turista que viene a ver el bar, también muchos peregrinos que al pasar por Ponferrada, saben de nuestra existencia y se acercan a tomar una cerveza, quizá la aparición en el programa ¡Bares, que lugares’ de La Sexta, catapultó la fama del bar”. Comentan al unísono.

Son muchas las anécdotas que guardan sus paredes. Visitas ilustres y visitas de músicos y artistas de todos los estilos, Fran Perea, Flipy, Leo Harlem, Javier Ojeda de Danza Invisible, Toni Cantó, hace ya muchos años, y gran parte de las bandas que han sonado en las fiestas de La Encina

En el Morticia, siempre hay risas, buen rollo y buena música, si no lo conoces, ten claro que allí no vas a escuchar ‘reggaetón’, eso seguro, pero no te podemos garantizar de que va a ir cada sesión en la cabina.

Normalmente la música la pone Óscar Lord Triste, como también le gusta llamarse – “Soy muy ochentero, me encanta la música de los ochenta, en mis sesiones pueden sonar The Cure o pero los recuerdos ahí se quedan, vivo la actualidad y siempre estoy al día de la música, no hay semana que no suene algo nuevo en el Morticia”. Dice Lord Triste. –“Eso le flipa a la gente, te comentán ¡Pero si lo está disfrutando en la cabina!” apostilla Ana. En algunas ocasiones, las audiciones pasan a manos de gente como ‘Toño, El diablo sobre ruedas’

Ya están preparando el aniversario arrancando en este mes de febrero con conciertos aunque el aniversario se va a celebrar en mayo, como todos los últimos años. –” No sabemos si estaremos una semana de fiesta”, ríen los dos. -“Ya tenemos cerrados eventos para el jueves 23 de mayo, el viernes 24 y el sábado 25, tenemos ya grupos contratados y no sabemos si lo extenderemos a más días”.

Desde hace unos meses han estrenado la zona Chill Out donde los clientes se pueden relajar en el interior de un ataúd y que sirve de reclamo para hacerse fotografías. Este año quieren incorporar un par de figuras más a la decoración del bar y seguir, como mínimo otros 25 años más.