La Térmica Cultural dio hoy el pistoletazo de salida al programa de charlas y actividades paralelas en torno a la exposición Sorolla a través de la luz. De la tradición a la modernidad, una muestra que desde su inauguración gratuita el pasado 30 de mayo ha seducido a más de 1.000 visitantes por semana.
El ciclo ha arrancado con una ponencia muy especial, titulada “Sorolla, la pasión por la luz y el movimiento”, a cargo de dos figuras clave en el estudio del pintor valenciano: Consuelo Luca de Tena, exdirectora del Museo Sorolla, y Blanca Pons‑Sorolla, investigadora y bisnieta del artista. Ambas ofrecieron una mirada personal sobre la exposición, poniendo el foco en las experiencias inmersivas y virtuales que la distinguen, y en las que participaron activamente durante su desarrollo.

“La emoción de ver cómo la obra de mi bisabuelo dialoga con nuevas tecnologías es indescriptible”, señaló Pons-Sorolla, quien destacó cómo la realidad virtual y la sala sensorial permiten al visitante “entrar literalmente en el universo lumínico de Joaquín Sorolla”.
La Sala Condensadores, con su arquitectura industrial y techos altos, se consolida como un espacio expositivo singular, capaz de acoger tanto las pinturas originales del maestro como las instalaciones tecnológicas que complementan la experiencia. Según Luca de Tena, “este diálogo entre tradición pictórica y modernidad técnica no solo honra el legado de Sorolla, sino que lo proyecta hacia nuevas generaciones”.
El programa de actividades continuará durante los próximos meses, con conferencias, talleres y visitas guiadas que buscan profundizar en la figura del pintor desde enfoques técnicos, históricos y emocionales. Todas las actividades son gratuitas, aunque requieren inscripción previa a través de la web de La Térmica Cultural.
Con esta propuesta, Ponferrada se suma a la conmemoración del centenario de la muerte de Joaquín Sorolla, acercando su obra a públicos diversos mediante un formato innovador que ya ha cosechado elogios tanto de expertos como de los propios visitantes.
La luz de Sorolla, cien años después, sigue brillando con fuerza.