El Consejo de Gobierno ha aprobado una modificación del Plan de medidas de prevención y control para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, que también aborda otros aspectos como la obligación de aislamiento o cuarentena de personas con sintomatología compatible con infección por SARS-CoV-2, la prohibición del uso compartido de dispositivos de inhalación de tabaco o la adopción de medidas preventivas y epidemiológicas en el sector laboral temporero agrario.
La medida se pondrá en marcha desde este sábado tanto en las vías públicas y entornos urbanos al aire libre, como en cualquier espacio cerrado de uso público, así como en los medios de transporte y en vehículos particulares entre no convivientes.
La obligatoriedad afecta a toda la población mayor de seis años «siempre cubriendo nariz y boca», ha llamado la atención la consejera de Sanidad, Verónica Casado sobre el buen uso de este medio de protección.
Se podrá prescindir de la misma durante el consumo de bebidas y comidas, realización de actividad deportiva, en espacios naturales fuera de los núcleos de población y en las piscinas, siempre y cuando se puedan mantener las distancias de seguridad.
En el caso de los temporeros, se establece que no es necesario si se mantiene la distancia de 1,5 metros y se llama a las empresas a establecer turnos para evitar la concentración de trabajadores. Además se determina que si la persona empleadora facilita el alojamiento, éste contará con las medidas higiénicas básicas, incluyendo agua corriente, fría y caliente, cocina, aseo y también deberá disponer de dependencias que permitan el aislamiento de enfermos o cuarentena de sospechosos o contactos si así se precisase.
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