El desempeño en tareas como ponerse de pie, de puntillas o sobre una pierna pueden explicar las necesidades de apoyo en personas en discapacidad intelectual. Esta es una de las conclusiones del estudio piloto, recientemente publicado en la revista especializada Brain Sciences y llevado a cabo en Asprona Bierzo con 18 usuarios del centro de barrio de Flores del Sil.
Las personas con discapacidad intelectual presentan dificultades en el control postural y su análisis es fundamental ya que es una destreza básica para el movimiento y para la realización de las actividades de la vida diaria, sin olvidar de la necesidad de habilidades cognitivas. Además, esta población presenta una disminución de la condición física.
Estas razones motivaron a profesora del Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la ULE e investigadora principal del estudio, Mercedes Reguera García, y a la fisioterapeuta de Asprona Bierzo, Eva Fernández Baró, y al resto de autores colaboradores a determinar si el control postural y la condición física podrían explicar el deterioro cognitivo y las necesidades de apoyo en personas con discapacidad intelectual.
“Para nosotros, este tipo de iniciativas no sólo suponen conocer más y mejor a nuestros usuarios, sus alteraciones en el movimiento o problemas de movilidad, sino que nos ayuda a entender que implicaciones conlleva en el funcionamiento diario la discapacidad intelectual”, apuntó Fernández Baró.
Control postural, una variable a tener en cuenta
En el desarrollo de este estudio, el deterioro cognitivo no se asoció con ninguna variable. Sin embargo, el componente anticipatorio del control postural es la variable que mejor explica las necesidades de apoyo, haciéndolo hasta en un 45%. “El componente reactivo y la fuerza en los brazos lo hacen en menor medida”, apostilla la fisioterapeuta.
Estos resultados aportan una importante información en la evaluación de las necesidades de apoyo, considerando las pruebas funcionales del control postural como punto importante a tener en cuenta. Además, pretenden establecer programas que persigan la mejora de la funcionalidad y la calidad de vida en personas con discapacidad intelectual.
Nuestros resultados identifican aquellas pruebas funcionales de fácil acceso y comprensión, y aportan información válida para evaluar las necesidades de apoyo de las personas con DI. Además, pueden aportar conocimiento a los profesionales especializados en discapacidad intelectual y motora, definiendo estrategias más adecuadas como programas de entrenamiento específicos centrados en el control postural que tienen como objetivo mejorar la funcionalidad y la calidad de vida.
“Desde luego, esta iniciativa se traduce en una oportunidad para conocer y para que nos conozcan. Una oportunidad para seguir apostando por la mejora de nuestros servicios y de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual”, añadió Fernández Baró.
4 comentarios
Los comentarios están cerrados