Lydia habla con el Presidente del COE, Alejandro Blanco, de sus inicios en Camponaraya “Un pueblo de tan sólo 4.000 habitantes con una escuela de Halterofilia” donde con once años comenzó a entrenar con Isaac Álvarez, al que se muestra muy agradecida, además reconoce que siempre que puede, pasa por allí a ver entrenar a los más pequeños.
“Durante el confinamiento pude entrenar porque en la casa que tengo con mi chico tenemos un gimnasio. Estuve entrenando todos los días y he sido bastante afortunada por ello. Es cierto que tuve sentimientos encontrados. No sabíamos si se iban a celebrar los Juegos y estuve entrenando un poco sin saber muy bien cómo enfocarlos. Pero me sentía afortunada, había gente que no podía ni entrenar”. dice la triple oro olímpico.
Respecto a la polémica por las medallas que le hurtaron las deportistas que resultaron ser tramposas añade: “Podría haberme alejado o haber cogido el camino fácil como ellos y haberme dopado. Pero eso nunca ha entrado en mi plan de hacer deporte y antes me habría alejado, Pero no me di por vencida y al final la recompensa es esta. Te das cuenta de que has competido con gente que había cogido atajos, que había hecho trampas y había engañado a todo el mundo, pero tú has sido victoriosa porque has estado ahí en la sombra, sabiendo que eras subcampeona olímpica en Pekín y que entrenaste el ciclo olímpico hasta Londres sin ningún tipo de recurso. Y yo nunca me di por vencida porque sabía que tenía un talento, y que quería y seguía compitiendo con personas que estaban dopadas y muchas veces las ganaba. Y era como: ‘Aquí estoy’. No me voy a ir porque no quiero que vosotros me echéis. Porque lo que yo hago es deporte, lo que vosotros hacéis no tiene nada que ver con el deporte porque no tiene valores, no hay ética, no hay nada”.
Respecto a su futuro, Lydia añade que llegará a Tokio, sus cuartos Juegos Olímpicos, con 36 años, pero no quiere poner la gran cita nipona como fecha límite en su carrera. “Para qué me voy a presionar. Prepárate para Tokio, disfruta del camino, de la competición y después se verá. Creo que el poner fechas lo único que hace es crear ansiedad. Lo vives diferente. Vívelo con tranquilidad, disfrutando, y cuando se acabe, para, reflexiona y sigue. Porque al final no depende de lo que yo me marque. Dependerá de muchos factores. Así que para qué adelantarse. Yo voy a dejarme llevar en ese sentido”, concluye.
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