“Una noche sin luna” es una pieza conmovedora y sorprendente que nos habla de Lorca desde una sensibilidad del siglo XXI, como si el propio Federico estuviera hoy aquí entre nosotros. Una obra que nos acerca a los aspectos menos conocidos de la vida y la obra de Lorca. El viaje que plantea la función no es un viaje arqueológico sino una forma de conocer, a través de su obra, nuestra propia realidad. De esta manera, la obra se convierte en una pieza viva, atrevida y dinámica en la que la palabra de Lorca, su vida y su mundo, sirven de espejo del nuestro.
La obra recoge entrevistas, charlas y conferencias de Federico García Lorca, así como fragmentos de sus obras y algunos de sus poemas. A través de estos y de la dramaturgia de Juan Diego Botto, es el propio Lorca quien, en primera persona, nos acerca a su mundo.
Con mucha ironía, emotividad y sentido del humor, el autor va relatando su paso por la residencia de estudiantes, las críticas recibidas por Yerma, su experiencia en La Barraca, su relación con la prensa, sus amores, la tensión de sus últimos años y, con todo ello, nos vamos acercando a temas como el papel de la mujer bajo su mirada siempre poética y reivindicativa, la necesidad de la libertad artística y de expresión, la lucha por la libertad de identidad sexual o la importancia de la memoria y las raíces.
Para crítica y público, “Una noche sin luna” es uno de los grandes trabajos escénicos de las últimas temporadas. Los elogios de la crítica han sido unánimes: “Las lágrimas se desbordan después de una hora y media larga de función y el público estalla en un aplauso emocionado”, “teatralmente es impecable y por eso los espectadores se emocionan”, “la otra gran virtud del espectáculo es la exploración que hace Botto de la personalidad de Lorca. Un Lorca vital, alegre, con un gran sentido del humor, seductor, comprometido con sus ideas”, “el actor se mete al público en el bolsillo, lo encandila con un personaje encantador, de manera que cuando llega el momento del fusilamiento la pena no es ya solo por el que hemos conocido sobre las tablas a lo largo de la función”, “un ejercicio de memoria necesario para saber quiénes somos”…
Hablar de Lorca hoy es hablar de nosotros mismos. Y esta obra pretende hacerlo desde la honestidad y el sentido de espectáculo. Juan Diego Botto deslumbra por una maravillosa actuación en la que atrapa hasta al último espectador. Su honestidad en escena, su apertura y cercanía hacen imposible no conectar con él.
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