Este sábado 5 de septiembre el Estadio Municipal El Toralín cumple 20 años. En esta misma fecha del año 2000 se celebró el partido de inauguración de la casa de la SD Ponferradina. Aquél encuentro amistoso ante el RC Celta fue la primera de multitud de citas inolvidables para todos los seguidores blanquiazules.
El Toralín nació como un estadio moderno, adaptado a las necesidades de un equipo en pleno crecimiento y sirvió para acercar aún más a la Deportiva a sus aficionados. Tras el histórico Santa Marta y el emblemático Fuentesnuevas, este es el tercer hogar del club en sus casi cien años de historia.
Desde 2000, año en el que coincidieron la llegada de José Fernández Nieto a la presidencia de la SD Ponferradina y la inauguración del nuevo campo, la Deportiva ha experimentado una evolución constante. En sus primeras temporadas en El Toralín, el equipo vivió su consolidación en Segunda B, su confirmación como uno de los equipos más destacados de la categoría y, por fin, el deseado ascenso a Segunda A.
En estos 20 años El Toralín ha albergado momentos imborrables en la memoria de todos los aficionados de la Deportiva. En este escenario se sentaron las bases del primer ascenso a LaLiga en la ida de dos apasionantes eliminatorias ante el Universidad de Las Palmas y el Alicante CF. En las gradas blanquiazules se celebraron otros dos ascensos ante el UE Sant Andreu y el Hércules CF y se vivieron partidos tan destacados como la eliminatoria de Copa del Rey ante el Real Madrid o las cuatro presencias de la selección española sub-21.
Con el paso del tiempo, el estadio, construido por el Ayuntamiento de Ponferrada, ha ido evolucionando también al ritmo del equipo. Tras sucesivas reformas, sigue manteniendo su esencia y, a la vez, se ha adaptado a las exigencias de la alta competición para albergar los partidos de LaLiga cumpliendo todos los requisitos técnicos, deportivos y de seguridad.
El Toralín ha sido en estas dos décadas el escenario de los sueños de la Deportiva. Sus gradas conservan el recuerdo de multitud de jornadas que los aficionados han compartido con la pasión con la que se vive el fútbol. En estos momentos duros, en los que aún no resulta posible acompañar al equipo en las gradas, se da aún más valor si cabe al espíritu que club y afición han construido juntos en su casa. Los asientos del estadio esperan el momento en que los seguidores están de vuelta para seguir soñando y disfrutando con la SD Ponferradina.