Con un trasfondo mágico de saltos temporales entre el Siglo de Oro y nuestro presente, esta revisión de los personajes, situaciones y claves dramáticas de uno de los géneros esenciales del teatro áureo constituye un canto de amor a los clásicos, pero también una reflexión contemporánea sobre el tiempo, la libertad y la cultura, además de una reflexión sobre el precio de la conquista de la libertad de la mujer.
Un elenco de dos actrices y tres actores da vida a los siete personajes que viven una historia de amor, deseo, celos, duelos, flechazos, disfraces, magia y versos al estilo barroco; todos los grandes temas del siglo XVII reformulados en el siglo XXI. Como discípulos díscolos de Lope de Vega, se embarca al espectador en un viaje con mucho humor, mucha poesía, música en directo, elementos de ciencia ficción, gotas de aprendizaje y de crítica; una fiesta para reír, emocionarse y disfrutar de la música del idioma. O sea, puro teatro de la mano de Álvaro Tato, escritor, actor y dramaturgo, miembro fundador de la compañía Ron Lalá.
Todas hieren y una mata es un juego verbal incontinente que no da tregua, compuesta a la manera del Arte nuevo de hacer comedias de Lope, pero con más mimbres que el autor ingenia de su cosecha. El dinamismo de las acciones que se suceden y entremezclan en pasado, presente y futuro, con una idea que nos recuerda la serie televisiva «El ministerio del tiempo», no da respiro al espectador y tejen una trama muy bien hilada que precisa de una atención redoblada para seguirla. Juega el autor con las relaciones de sus personajes entre los siglos XVII y XXI.
El director, Yayo Cáceres, habitual también de Ron Lalá,ha realizado un medido trabajo con los actores y actrices, que dicen el verso con unas cadencias de ritmo sintáctico, siempre mejor que con el sonsonete tradicional de las pausas versales finales.
La crítica ha dicho que en Todas hieren y una mata hay “teatro puro con un original diseño de vestuario, uno de los pocos elementos que se permite la obra, en el que se rompe la cuarta pared para inmiscuir al público aún más en las andanzas que desbordan los clásicos y que permite momentos para la risa, la reflexión y, por supuesto, para la emoción”. Para muchos, esta ha sido “una de las mejores obras que puede verse esta temporada en la escena española. No la dejen pasar, no se arrepentirán”.
Viernes, 20 noviembre. 19,30 horas
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