Deportes alternativos en ascenso: rugby y cricket como mercados subexplotados en Europa

Deportes alternativos en ascenso: rugby y cricket como mercados subexplotados en Europa 1

Mientras el fútbol continúa dominando el panorama deportivo europeo, otras disciplinas deportivas están ganando terreno silenciosamente, creando nuevas oportunidades de negocio en mercados tradicionalmente monodeportivos. Un estudio reciente de Nielsen Sports reveló que el rugby y el cricket han experimentado un crecimiento del 27% en audiencia televisiva en Europa continental durante los últimos cinco años, una cifra que contrasta con el estancamiento del 2% en los deportes mayoritarios tradicionales. Este fenómeno representa una de las transformaciones más significativas del ecosistema deportivo europeo en décadas, con mercados valorados en conjunto en más de 3.000 millones de euros que aún no han alcanzado su techo.

Este crecimiento en la popularidad de deportes como el rugby y el cricket también ha impactado significativamente en el sector de las apuestas deportivas. Plataformas comohttps://www.bet777.es/ han comenzado a diversificar sus ofertas, ampliando las oportunidades de apuestas en estos deportes emergentes. A medida que más audiencias se interesan en estas disciplinas, las apuestas deportivas se convierten en una extensión natural de su compromiso, generando mayor interacción y aumentando el interés tanto de aficionados como de operadores en estos mercados en expansión.

De los orígenes coloniales a la expansión continental

La historia del rugby y el cricket en Europa ha estado tradicionalmente limitada a sus epicentros originales. El rugby, nacido en la Rugby School inglesa en 1823, encontró su hogar en las Islas Británicas y Francia, mientras que el cricket, con más de 400 años de historia, se mantuvo como un fenómeno principalmente británico. Durante décadas, estos deportes fueron vistos como curiosidades culturales sin potencial de expansión significativa más allá de sus fronteras tradicionales.

La situación comenzó a cambiar a principios de los 2000, cuando federaciones como Rugby Europe y el Consejo Internacional de Cricket (ICC) iniciaron programas de desarrollo agresivos en países donde estos deportes tenían presencia marginal. Thomas Kessler, director de desarrollo de Rugby Europe, señala que “la transformación del rugby europeo comenzó cuando decidimos que no podíamos seguir siendo un deporte de nicho solo en Francia y el Reino Unido. La Europa continental era una mina de oro sin explotar”.

Un mercado en plena transformación

Los números actuales muestran un panorama radicalmente diferente al de hace dos décadas. El rugby europeo ha visto incrementar su facturación un 156% desde 2010, alcanzando los 1.800 millones de euros anuales según datos de World Rugby. El valor de los derechos televisivos del Torneo de las Seis Naciones se ha triplicado en la última década, superando los 400 millones de euros por temporada, con nuevos mercados como Alemania, España e Italia contribuyendo significativamente a este crecimiento.

Por su parte, el cricket está experimentando una expansión aún más sorprendente en regiones donde era prácticamente desconocido. La European Cricket League, fundada en 2019, ha pasado de ser un experimento a convertirse en un producto televisivo seguido en 27 países europeos, con una audiencia que superó los 12 millones de espectadores en 2023.

“Lo que estamos viendo no es una moda pasajera sino un cambio estructural”, explica Henrik Mikkelsen, CEO de European Cricket Network. “Nuestros datos muestran que el 60% de nuestros espectadores nunca habían visto un partido de cricket antes de 2020. Es un público completamente nuevo que hemos creado desde cero”.

En términos comparativos, aunque el fútbol sigue siendo el gigante indiscutible con ingresos superiores a los 25.000 millones de euros anuales en Europa, la tasa de crecimiento del rugby (12% anual) y el cricket (15% anual) supera con creces el 3% del fútbol, según datos de la consultora Sportcal.

Factores catalizadores del crecimiento

El análisis del fenómeno revela múltiples factores que están impulsando esta expansión. Por un lado, la adaptación de los formatos ha sido crucial. El rugby sevens (con 7 jugadores por equipo en lugar de 15) y formatos reducidos de cricket como el T20 (partidos de 3 horas en lugar de 5 días) han hecho estos deportes más accesibles para espectadores noveles.

Los cambios demográficos también juegan un papel fundamental. La movilidad laboral dentro de la UE ha creado comunidades de expatriados británicos, irlandeses y de la Commonwealth que actúan como embajadores culturales de estos deportes. “Nuestro club en Berlín pasó de 20 miembros a más de 300 en cinco años, en gran parte gracias a la comunidad internacional”, comenta Lukas Weber, presidente del Berlin Cricket Club.

La digitalización ha demolido las barreras de acceso. Plataformas como RugbyPass o Cricket Europe TV permiten seguir estos deportes sin depender de las televisiones tradicionales, mientras que las redes sociales facilitan la creación de comunidades de aficionados.

“Hace diez años, para ver un partido de cricket en España necesitabas una antena parabólica y una suscripción carísima”, explica María Rodríguez, directora de marketing de la Federación Española de Cricket. “Hoy cualquiera puede verlo en su móvil por 5 euros al mes. La tecnología ha democratizado el acceso”.

Historias de éxito en la expansión europea

Entre los casos más notables de penetración en nuevos mercados destaca el crecimiento del rugby en Georgia, donde se ha convertido en deporte nacional superando en popularidad incluso al fútbol. Con más de 30.000 jugadores federados en un país de 3,7 millones de habitantes, Georgia ha logrado clasificarse para las últimas cinco Copas del Mundo de Rugby.

En el ámbito del cricket, el desarrollo en los Países Bajos es particularmente notable. La selección holandesa de cricket, que sorprendentemente venció a Sudáfrica en la Copa del Mundo de 2023, ha catalizado un incremento del 70% en la práctica del deporte entre jóvenes holandeses, según datos de la Federación Holandesa de Cricket.

“Lo que ha ocurrido en los Países Bajos demuestra que no necesitas tradición colonial británica para adoptar el cricket”, afirma Pieter van der Merwe, capitán del equipo nacional holandés. “Si ofreces un producto atractivo y accesible, la gente responde independientemente de la historia del deporte en su país”.

Obstáculos en el camino

A pesar del crecimiento, existen importantes barreras para la expansión masiva de estos deportes. La infraestructura sigue siendo un desafío mayor, especialmente para el cricket, que requiere instalaciones específicas difíciles de encontrar en Europa continental.

La complejidad técnica de ambos deportes también supone una barrera de entrada. “Explicar el concepto de ‘scrum’ o ‘maul’ a alguien que nunca ha visto rugby es como enseñar física cuántica”, bromea Alessandra Giuliani, responsable de desarrollo de la Federación Italiana de Rugby.

La competencia con deportes establecidos por recursos, cobertura mediática y patrocinios representa otro obstáculo significativo. Los espacios en parrillas televisivas y presupuestos publicitarios son finitos, y desplazar a deportes tradicionales requiere estrategias a largo plazo.

Un futuro prometedor con matices

Las proyecciones indican que el mercado combinado de rugby y cricket en Europa podría duplicarse hasta alcanzar los 6.000 millones de euros en 2030. Sin embargo, este crecimiento no será uniforme ni está garantizado.

“El potencial está ahí, pero aprovechar plenamente estas oportunidades requiere una visión estratégica que combine el desarrollo deportivo con inteligencia comercial”, concluye Jean-François Martin, profesor de economía deportiva en la Universidad de Lausana. “Las federaciones que entiendan que están compitiendo en un mercado de entretenimiento, no solo deportivo, serán las que triunfen”.

Para inversores, patrocinadores y medios de comunicación, el mensaje es claro: el dominio del fútbol en Europa está lejos de terminar, pero la diversificación del mercado deportivo está creando nuevos espacios de oportunidad en deportes alternativos como el rugby y el cricket. La clave para capitalizar estas tendencias estará en identificar los mercados emergentes específicos donde estos deportes están ganando terreno, más que en aproximaciones generalistas al continente europeo.