Ya lo dice el refrán: “Las prisas no son buenas compañeras” es el caso de este ciudadano que llegaba al puerto de Crimea en un ferri y decidió posicionarse “un poquito” por delante para salir el primero nada más que el ferri posara la plataforma en tierra.
El usuario acelera y por alguna extraña razón, el vehículo sigue sin control cayendo al agua unos metros antes de llegar el barco a tocar tierra.
El conductor está en perfecto estado pero con el susto en el cuerpo.