La última entrega de ‘First Dates’ regaló una de las citas más genuinas y cargadas de personalidad de la temporada con la llegada de Jesús, un soltero de 81 años, especialista en robótica jubilado y natural de Laguna de Duero, Valladolid.
Jesús se definió como un hombre romántico, y así lo demostró acudiendo al restaurante con su sello personal: un ramo de flores y hierbabuena para su cita. Su mujer ideal, decía, debía ser “elegante, moderada y con una gran sonrisa”. Esa noche acudía a conocerle Angelines, una mujer jubilada de 81 años, natural de Bembibre, que actualmente vive sola y tiene un hijo en Barcelona.
La primera impresión desde la barra fue positiva para Jesús. “La veo guapita”, confesó. Sin embargo, un gesto de Angelines enfrió ligeramente su entusiasmo. Ella, una fan declarada del programa que “lo ve cada noche”, sorprendió a los camareros regalándoles unas pulseras. Jesús, con el ramo aún en las manos, no lo vio con buenos ojos: “Esperaba que me dedicase más tiempo a mí y no al resto”. Tras este inicio algo torpe, Jesús finalmente le entregó las flores, un detalle que encantó a Angelines y que aprovechó para preguntarle qué buscaba en la cita. Ambos coincidieron en su deseo de dejar de vivir solos, una base prometedora para la velada que Carlos Sobera les invitó a comenzar en la mesa.
Una cena con altibajos
Los primeros desencuentros no tardaron en llegar. Antes de cenar, Jesús bendijo la mesa, un gesto que Angelines no compartió porque “suelo comer sola”. Después, al compartir sus historias, ella reveló que es viuda desde hace tres años y que con 27 perdió a una pareja en un accidente laboral. Estas confidencias hicieron que Jesús se sintiera incómodo. “Venimos a buscar el amor, hablar del pasado y con pena no me gusta”, afirmó, mostrando su deseo de mirar hacia adelante.
El tema de la convivencia también generó fricción. Angelines le habló de su casa y de sus dos perritos, dejando claro que, si en un futuro vivían juntos, tendría que ser en su actual vivienda por sus animales. De nuevo, el soltero se mostró reticente: le parecía demasiado pronto para hablar de esos detalles.
El insólito debate sobre los besos
La conversación sobre lo que buscan en una persona llevó a uno de los momentos más surrealistas de la noche. Angelines fue directa al preguntarle a Jesús cómo le gustaban los besos, aclarando de forma contundente: “No me gusta la lengua. La lengua dentro”.
La respuesta de Jesús, “cuando estás metido en el berenjenal te gusta todo”, no convenció a su cita. Angelines fue categórica: “Jamás en la vida”. Y lanzó una advertencia que dejó perplejo al restaurante: “Como hagas eso, te muerdo y vomito”.
La cita entre Jesús y Angelines demostró que, a veces, la química no es solo cuestión de buenas intenciones y un ramo de flores, sino de conectar en los detalles, tanto en los planes de futuro como en la forma de dar un beso.
Puedes ver un extracto de la cita de Angelines en First Dates AQUÍ
Programa completo AQUÍ



