Lorca viajó a Nueva York en junio de 1929 y vivió allí hasta marzo de 1930. Ese mismo año presentó en la Residencia de Señoritas de Madrid su libro Poeta en Nueva York y contó sus impresiones tras un año de vida en aquella ciudad, donde fue testigo del Crack del 29. “Un sistema económico cruel al que pronto habrá que cortarle el cuello”, dijo aquel día Lorca refiriéndose al capitalismo.
El espectáculo que presentan Alberto San Juan y su banda reproduce el texto que Federico pronunció en aquel encuentro con el público de hace casi un siglo y que mantiene una luz plenamente actual. Los poemas y la prosa de Nueva York están llenos de imágenes misteriosas, pero también de claras visiones que retratan de modo casi periodístico nuestra realidad actual. “Llega el oro de todas partes de la tierra y con él, llega la muerte”, dice al describir el mercado financiero de Wall Street. Lorca habla desde el misterio, desde lo trascendente, lo sagrado, tocando profundo nuestro propio misterio, lo que no tiene respuesta. Y también habla con una claridad radical. Federico tiene la hermosa capacidad de ver lo que pasa y contarlo.
El crítico Marcos Ordóñez resume así el espectáculo:“Aparece San Juan con un traje negro de chansonnier, y vuelve diáfanos los versos intrincados, oraculares, de Poeta en Nueva York, casi como si se los contara a un amigo en un club de madrugada, brindando con un alcohol purísimo (…) Al acabar, el público se pone en pie y aplaude como quien toca palmas. Le digo: “Esta joya debería verse en colegios, clases de teatro… debería ser obligatoria”.
En escena, San Juan está arropado por Claudio de Casas a la guitarra, Pablo Navarro al contrabajo, Gabriel Marijuan en la batería y Miguel Malla con el saxo y los teclados. El resultado “es todo un viaje a emprender lo que esta obra propone, desde una sencillez que enamora al espectador y que hace que se deje llevar por los sentidos”.
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