Escorial (1927) está considerada como la primera pieza con resonancias propiamente dramáticas y literarias, que muestra claras referencias a algunos cuadros de El Greco, Velázquez y Antonio Moro. El mismo Ghelderode asegura: “Esta pieza es un cuadro que se transforma en teatro”. La obra gira en torno al enfrentamiento de dos personajes: un rey degenerado y neurótico (Felipe II) y su bufón Folial. Al igual que un carnaval, la inversión de papeles permite a las clases más desfavorecidas vivir la ilusión de una revancha social. Finalizada la fiesta, el poder retorna a su origen demostrando así lo ilusorio de las pretensiones de la revolución. En un juego de espejos evidenciado por el intercambio de papeles, Ghelderode apuesta cínicamente por la crueldad pasando del final de la farsa siniestra a la más descarada de las tragedias. El mundo cerrado de Ghelderode, una especie de microcosmos en el que refleja su visión del universo en conjunto, es a la vez imagen y comentario del exterior. El mundo de Ghelderode es el Flandes Medieval y su visión brutalmente grotesca; sus dramas son sádicas caricaturas empapadas en un humor escatológico y rufianesco inspirado en la pintura de sus paisanos Jerónimo Bosch y Pieter Breughel.
Intérpretes: Javier Vecino, Jose Manuel Valcárcel, Diego Madero, José Enrique Pallas y Javier Louzao
Dirección: Ovidio Lucio Blanco
Jueves 6 y viernes 7 de mayo 19:30 horas en el Teatro Bergidum