Juan Mayorga, probablemente el mejor y más internacional autor dramático del teatro español actual, escribe y dirige Reikiaivk, un texto brillante que algunos críticos han calificado como una obra maestra, en el que se reconstruye la gran partida de ajedrez del siglo, que enfrentó al ruso Spassky contra el norteamericano Fischer en plena Guerra Fría.dentro de la programación de Platea apoyada por el Ministerio de Cultura.
La función se verá en Ponferrada el próximo viernes, 11 de noviembre (21 horas), dentro de la programación de Platea apoyada por el Ministerio de Cultura.
La de Spassky y Fischer, dicen las crónicas, no fue una partida de ajedrez cualquiera. Celebrada en Reikiavik en 1972, el enfrentamiento de un soviético contra un estadounidense adquirió un regusto mediático, con otro tablero, el del mundo, en juego. Reikiavik pasó a ser un asunto de estado para las dos potencias de la Guerra Fría.
Así, Spassky asumió el peso de ser la tuerca decisiva en el portentoso engranaje soviético, compuesto por un ejército de especialistas y campeones de ajedrez. Y al otro lado un solitario, maniático e insoportable representante de una nación sin apenas tradición ajedrecista. O lo que es lo mismo: un caballero ruso contra un insolente y enervante estadounidense.
Dice Juan Mayorga que Reikiavik es una obra sobre el ajedrez, ese arte que, como la vida misma, consiste en memoria e imaginación. También es una obra sobre la Guerra Fría. Y es, ante todo, una obra sobre hombres que viven las vidas de otros.
Los protagonistas, Bailén y Waterloo, están unidos y separados por un tablero. Pero ellos no juegan al ajedrez, juegan a Reikiavik. Juegan a ser Bobby Fischer, Boris Spasski, el árbitro alemán, el guardaespaldas islandés, la madre de Bobby, la segunda esposa de Boris, las novias que Bobby no tuvo, cien niños despidiendo a Boris puño en alto en el aeropuerto de Moscú, Henry Kissinger, el fantasma de Stalin, el Soviet Supremo, el caballo negro amenazando al alfil blanco, los padres ausentes, los campeones muertos… Buscan no sólo comprender qué sucedió realmente en Reikiavik sino qué estaba realmente en juego en Reikiavik.
En escena, Daniel Albaladejo -actor de brillante trayectoria teatral que ha trabajado en series como El Chiringuito de Pepe, Amar es para siempre, Isabel o Aída-, acompaña a César Sarachu, extraordinario actor español que se hizo popular por su participación en Camera Café, observados ambos por Elena Rayos.
Reikiavik, ha dicho la crítica, "es un texto brillante, y no lo es solo por la calidad sublime que engarza sus líneas y sus sorpresas, sino también por la frondosidad gradual con la que va creciendo ante el espectador, para acabar cercándole en un redondel desde el que se contemplan muchas facetas de la condición humana.
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