La Domus de Carucedo, en el corazón de Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, acogió este jueves la inauguración de las LXI Jornadas Gastronómicas del Bierzo. Un escenario de excepcional belleza que sirvió no solo para dar el pistoletazo de salida a esta cita culinaria, sino también como un emotivo reconocimiento a un territorio que aún muestra las cicatrices de los devastadores incendios de agosto.
Con más de cuatro décadas de historia, este evento se consolida como un escaparate clave de las excelencias gastronómicas bercianas, ganando repercusión año tras año a nivel provincial y regional.
El presidente del Consejo Comarcal, Olegario Ramón, destacó la elección de Serafina Morán como mantenedora de esta edición, ensalzando su vinculación al mundo de la gastronomía y su papel como “símbolo de la lucha de todo un pueblo y una comarca contra el fuego”. Ramón también puso en valor la incorporación de cinco nuevos restaurantes, una oportunidad para dinamizar un periodo tradicionalmente más flojo para el sector. “Estas jornadas están pensadas no solo para la restauración, sino también para promocionar nuestros productos con sello de calidad, lo nuestro, lo propio, con vocación de comunidad”, afirmó.
El acto contó también con un recuerdo para Nacho Rumbao y las otras dos personas que fallecieron intentando ayudar durante la tragedia de los incendios.
Alfonso Fernández, alcalde de Carucedo, agradeció que se hubiera elegido su municipio para la inauguración y expresó su satisfacción por que “Las Médulas sean noticia por algo diferente a los incendios”. Confió en que la ubicación, en un lugar Patrimonio de la Humanidad, convierta a las jornadas en “un referente internacional, atrayendo turistas de todo el mundo”.
Desde la Diputación Provincial, su presidente, Gerardo Álvarez Courel, subrayó el papel de las jornadas como un gran escaparate para atraer visitantes y poner en valor el patrimonio natural, artístico, cultural y, por supuesto, gastronómico del Bierzo. “Estas jornadas tienen repercusión fuera de nuestras fronteras, pero también deben tenerla dentro”, afirmó.
La emoción de la mantenedora: “Los incendios no se extinguen cuando se apagan las llamas”
Serafina Morán, mantenedora de esta edición, protagonizó uno de los momentos más emocionantes del acto. Visiblemente conmovida, pronunció un discurso sincero y lleno de amor por su tierra. “Valgo más para defender esta tierra que adoro, estas Médulas que hoy están un poquito oscuras. Como berciana y medulesa de puro castaño, voy a ser la mejor mantenedora posible”, declaró.
Se definió como “una humilde trabajadora que lleva 28 años defendiendo el Bierzo y Las Médulas” y subrayó con firmeza que “somos nosotros quienes tenemos que poner en valor y defender nuestro patrimonio”. Lamentó haber sido conocida para muchos en el contexto de los incendios e invitó a todos a visitar un Bierzo “un poco más oscurito, pero lleno de cultura e historia”.
“Es sencillo hacer buena gastronomía con los excelentes productos que tenemos y con mucho amor”, aseguró, pidiendo a las administraciones los medios necesarios para conservar el paraje y recordando que “los verdaderos guardianes de Las Médulas son sus lugareños”. Con una frase cargada de significado que resonó en el auditorio, concluyó: “Los incendios no se extinguen cuando se apagan las llamas”.
Reconocimiento a la joven promesa
Durante el acto, también se reconoció el talento local. Claudia Fernández, alumna del colegio La Inmaculada, recibió de la concejala de Turismo, Cristina Pérez, una cesta con productos del Bierzo por ser la ganadora del concurso de dibujo que ilustra el cartel de las jornadas. La joven explicó que su inspiración fue clara: “Como lo más famoso de aquí son Las Médulas, pensé que el paisaje debía ser ese, y que no podía faltar una mesa con productos del Bierzo”.
La inauguración concluyó con la entrega a Serafina Morán de un plato conmemorativo, un símbolo del reconocimiento de toda la comarca a su incansable compromiso y profundo amor por la tierra berciana.










