En 1935, Pío Baroja, el célebre escritor vasco, se embarcó en un extenso viaje por diversos rincones de España, siguiendo la ruta que el general Miguel Gómez hiciera un siglo antes (1836), durante la primera guerra carlista buscando partidarios para la causa de don Carlos, el pretendiente al trono de España. El reportaje del viaje lo publicó por capítulos en la prestigiosa revista “Estampa” dirigida por Luis Montiel (1884-1976) con el epígrafe: “Sobre la ruta del general Gómez por los caminos de España”.
¿Qué motivaba a un Baroja ya sexagenario, en la recta final de su carrera literaria, a embarcarse en una aventura semejante? La respuesta se encuentra en su profunda fascinación por la historia y el patrimonio cultural de España y el firme convencimiento de que la historia no había sido justa con el general Miguel Gómez.
En el artículo que trata sobre su paso por la provincia de León, el escritor que viene de Galicia, recala en Castro Caldelas y posteriormente en el Lago de Carucedo, del que deja estas palabras
De la capital del Bierzo le llama la atención sus grandes árboles y por supuesto el castillo, desde Ponferrada, su viaje siguiendo los pasos del general le conducen a Laciana.
Su siguiente parada es en Sariegos, Trobajo y la llegada a León capital, donde según el escritor:
León no debió de recibir a Gómez con tanto regocijo como Oviedo y Santiago. Los carlistas decomisaron lo que pudieron. Se les presentaron doscientos voluntarios y se les ofreció como mentor el presbítero don Marcelo Francisco García, que les ilustró sobre muchos asuntos. Descansaron el 2 y el 3 de agosto y aquí pensó Gómez volver a Riaño, marchar al puerto de Tarna y esperar allí a Espartero, que lo venció con Alaix en Escaro.
Este pasaje poco conocido de la labor periodística de Pío Baroja en la Revista Estampa, se puede consultar en la Biblioteca Nacional de España.